La pesadilla de los jóvenes para comprar casa: necesitan hasta 30 años de ahorro

La vida está llena de sueños que parecen inalcanzables, como el de los jóvenes que quieren comprar una casa en España. Según un estudio de iAhorro basado en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Colegio de Registradores, los menores de 35 años necesitarían de media casi 20 años de ahorro constante para poder reunir el dinero necesario y acceder a una hipoteca.

¿El motivo de las dificultades? La brecha entre sueldos y precios inmobiliarios. El salario medio de los menores de 35 años apenas alcanza los 19.185€ brutos anuales, mientras que el precio medio de una vivienda en España supera ya los 226.000€. Siguiendo la regla del 20% de ahorro de los ingresos recurrentes, serían necesarios más de 67.800€ previos para cubrir la entrada y los gastos de la hipoteca, lo que se traduce en casi dos décadas de esfuerzo.

Una generación atrapada: los menores de 35 años necesitan casi dos décadas de ahorro para poder acceder a una hipoteca.

La situación se agrava en las comunidades con mayor presión de precios. En Baleares, un joven necesitaría 29,5 años de ahorro para reunir la entrada de una vivienda, cuyo precio medio supera los 396.000€. En Madrid, la media se sitúa en 29 años, con precios por encima de los 408.000€.

El contraste es evidente con comunidades como Castilla y León (8,1 años) o Extremadura (8,3 años), donde los salarios son más bajos pero el coste de la vivienda también lo es, lo que facilita algo más el acceso a la propiedad.

Este es un problema estructural, tal y como alerta Simone Colombelli, director de Hipotecas de iAhorro, quien asegura que “el acceso a la vivienda es hoy uno de los principales motivos de emancipación tardía en España”. Y es que la media de emancipación española se sitúa en 30,3 años, frente a los 26 de la UE.

La brecha entre salarios estancados y precios de vivienda disparados retrasa la emancipación juvenil en España. Fuente: Freepik

La raíz del problema, según los expertos, está en la desigualdad entre salarios estancados y precios inmobiliarios disparados. A esto se suma la falta de vivienda pública y el peso de la inversión extranjera en las zonas más tensionadas.

Uno de los parches a esta problemática son las hipotecas para jóvenes. Algunas entidades ofrecen productos específicos para jóvenes que financian hasta el 90% o 95% del precio, pero aun así requieren de ahorros previos y, en muchos casos, avales familiares. “No basta con productos financieros: se necesitan políticas estructurales”, advierte Colombelli.

Se convierte en una brecha que condiciona el futuro, ya que, con casi dos décadas de ahorro como requisito mínimo, la compra de vivienda se convierte en un lujo reservado para unos pocos. Mientras tanto, el alquiler y la falta de alternativas públicas siguen retrasando la emancipación de toda una generación. Con la paradoja de que pagar una hipoteca ya es más barato que alquilar.