Vista aérea de un parque híbrido con paneles solares y aerogeneradores en una zona montañosa al amanecer.
Energía

Los expertos lo tienen claro: esta son las 4 medidas para que un apagón no vuelva a ocurrir

  • La AIE establece una hoja de ruta para blindar el sistema eléctrico europeo
  • El informe revela cómo una secuencia de fallos técnicos provocó el apagón ibérico

El gran apagón de abril de 2025 en la Península Ibérica nos cambió el chip: más de 50 millones de personas se quedaron sin luz en España y Portugal y quedó claro que no basta con “producir más”. Ahora, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en su informe ‘World Energy Outlook 2025’, ha analizado las causas de aquel incidente y ha establecido una hoja de ruta con cuatro pilares fundamentales para que algo así no vuelva a ocurrir. La idea va de fondo: un sistema eléctrico más robusto, flexible e inteligente.

La AIE, apoyándose en el informe de ENTSO-E (la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad), concluye que el colapso llegó por una rápida secuencia de fallos técnicos que generaron una inestabilidad insostenible en la red. Desde entonces, Gobierno y reguladores se han puesto manos a la obra. De hecho, la CNMC ya ha puesto en marcha una serie de medidas antiapagones para reforzar el sistema.

Molinos de viento en un paisaje nublado junto al logotipo de la Agencia Internacional de la Energía (IEA).

Fuente: AIE

Las 4 claves de la AIE para evitar otro gran apagón

El informe es claro: la seguridad no depende solo de cuánta energía generamos, sino de cómo se opera la red y de cómo se comportan los equipos conectados. Por eso pone el foco en cuatro pilares que deberían estar siempre presentes.

  1. Infraestructura de red robusta: la AIE subraya que una infraestructura de red sólida, que incluya redes fuertes e interconexiones regionales, es la “columna vertebral” de un sistema seguro. No basta con tener centrales eléctricas, sino que la energía debe poder transportarse de forma fiable. En este sentido, es fundamental que Red Eléctrica habilite a las renovables para el control de la tensión, una medida que ya está en marcha para aumentar la estabilidad del sistema.
  2. Flexibilidad del sistema eléctrico: es esencial para equilibrar la oferta y la demanda en tiempo real. Esto incluye la gestión de la demanda (incentivar a los usuarios para que modifiquen su consumo), el almacenamiento de energía (como las baterías) y el mantenimiento de la generación gestionable (centrales que pueden activarse o desactivarse según las necesidades).
  3. Soluciones técnicas avanzadas: para soportar la estabilidad del sistema a medida que evoluciona el mix de generación, son necesarias soluciones tecnológicas como los condensadores síncronos o las baterías equipadas con inversores de formación de red. Estos equipos ayudan a mantener la estabilidad del sistema cuando hay una alta penetración de energías renovables variables.
  4. Adaptación de los marcos operativos: es crucial que los marcos operativos se adapten a la transformación de los sistemas eléctricos. Esto implica actualizar los códigos de red, los requisitos de reserva y los mecanismos de equilibrio para hacer frente a los nuevos desafíos que plantean las tecnologías renovables. En esta línea, el Gobierno ha actualizado recientemente la Estrategia de Seguridad Energética, descartando un nuevo apagón inminente pero reconociendo la necesidad de seguir reforzando el sistema.

Filas de paneles solares fotovoltaicos captando energía del sol en una instalación industrial.

Fuente: AIE

¿Qué causó el apagón de la Península Ibérica en 2025?

Según el análisis de ENTSO-E al que remite la AIE, el 28 de abril de 2025 todo se desencadenó en cadena: fallos técnicos seguidos en cuestión de minutos. Minutos antes del colapso, el sistema eléctrico se volvió inestable, con oscilaciones inusuales de tensión y de flujos de energía. A partir de ahí, algunos sistemas de protección desconectaron generadores que estaban absorbiendo potencia reactiva —aunque los umbrales reglamentarios aún no se habían rebasado—, elevando más la tensión y provocando nuevas desconexiones. Efecto dominó, y caída total del sistema ibérico.

Para la AIE, la lección es clara: demuestra la importancia crítica de la calidad de la operación de la red y la necesidad de normas exigibles que obliguen a todos los generadores a apoyar el sistema durante emergencias. Desconectarse solo cuando toque, con reglas claras. La recuperación fue rápida gracias a las interconexiones con otros países y a protocolos de emergencia bien engrasados.

La ‘Era de la Electricidad’: un futuro con nuevos riesgos

Entramos de lleno en la ‘Era de la Electricidad’. La AIE recuerda que esta fuente de energía se vuelve cada vez más central para las economías modernas: aunque hoy representa el 21% del consumo final mundial, alimenta sectores que suman más del 40% de la economía global. Más electrificación, más dependencia… y más responsabilidad para que nada falle.

Torres eléctricas y líneas de alta tensión cruzando un campo verde al atardecer.

Fuente: AIE

Ese protagonismo también pone sobre la mesa los costes —económicos y sociales— de un apagón. La AIE advierte: crecen los riesgos cibernéticos, operativos y meteorológicos. Por eso, la resiliencia y la seguridad de los sistemas eléctricos se están convirtiendo en prioridad absoluta de la política energética. Mejor anticiparse ahora que lamentarlo después.

Fuente: Informe World Energy Outlook 2025 de la AIE.

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