Personas visitan la sala del Museo Reina Sofía en la que se encuentra el Guernica.
Seguro

El secreto mejor guardado del Prado o el Reina Sofía: ‘Las Meninas’ y el ‘Guernica’ no tienen seguro

  • El Estado opta por reforzar la protección física y tecnológica en lugar de recurrir al mercado asegurador
  • El Prado y el Reina Sofía confían en la cobertura estatal para proteger sus obras más emblemáticas

El reciente asalto al museo del Louvre ha destapado una realidad poco conocida y, en cierto modo, inquietante: ‘Las Meninas’ de Velázquez y el ‘Guernica’ de Picasso no están asegurados contra robo. Si ambas obras desaparecieran mañana, el Estado español no recibiría ninguna indemnización. Este riesgo no es una excepción, sino la norma: todas las piezas que forman parte del patrimonio público dependen de la garantía del propio Estado.

El caso de las joyas napoleónicas sustraídas en París, también sin seguro privado, ha reabierto el debate. Sin embargo, esto es lo habitual en los grandes museos de titularidad estatal de toda Europa. Las colecciones permanentes de instituciones como el Prado, el Louvre o la National Gallery no se aseguran mediante pólizas comerciales, sino que quedan bajo la responsabilidad y cobertura del Estado, que asume su conservación y eventual pérdida.

Plano general del interior de una de las salas del Museo del Prado de Madrid.

Una de las salas expositivas del Museo del Prado. Fuente: losmininos en Flickr

En la práctica, esto significa que ‘Las Meninas’ y el ‘Guernica’, las dos joyas más icónicas del arte español, dependen únicamente de la protección pública. Su valor es tan elevado que ninguna aseguradora podría cubrirlo, pero su seguridad queda amparada por la Ley de Patrimonio Histórico y por rigurosas medidas de protección física y tecnológica en los museos donde se exhiben.

El Picasso que sí tenía seguro (y desapareció)

La situación cambia cuando se trata de arte en tránsito o de colecciones privadas cedidas temporalmente a museos. En esos casos, entran en juego pólizas millonarias, y es precisamente aquí donde el robo del Louvre ha generado mayor inquietud. Este mes, la desaparición de un cuadro de Picasso valorado en 600.000 euros ha sacudido al sector: la obra debía viajar de Madrid a Granada para una exposición temporal, pero nunca llegó a su destino.

Este suceso refleja el tipo de operaciones que sí se cubren con seguros privados. Las llamadas pólizas “de clavo a clavo” protegen las obras desde el momento en que se descuelgan hasta su regreso al lugar de origen. “Cada traslado de una obra de arte es una operación de riesgo”, explican los expertos. Museos como el Prado o el Thyssen recurren con frecuencia a mediadores especializados para asegurar sus muestras temporales; un ejemplo reciente es la exposición dedicada a Antonio Raphael Mengs, cuya póliza superó los 14.000 euros en primas, según informa Expansión.

Pirámide y edificio del Museo del Louvre en Parísa última hora de la tarde.

Museo del Louvre desde el exterior. Fuente: Tore Saetre en Wikimedia

¿Por qué es imposible asegurar el Louvre al completo?

La respuesta está en las cifras. Si solo las ocho piezas robadas en el Louvre suman un valor estimado de 88 millones de euros, asegurar las casi 500.000 obras de su colección supondría una cantidad que ninguna aseguradora del mundo podría asumir. Lo mismo ocurre con el Museo del Prado, el Reina Sofía o el British Museum.

Por eso, la estrategia es clara: el Estado asume la responsabilidad total de sus colecciones permanentes, reforzando la seguridad física y tecnológica de los museos, mientras que el sector asegurador interviene en los préstamos y exposiciones temporales, donde el riesgo económico y logístico es mucho mayor. En definitiva, asegurar el arte más valioso del mundo es, sencillamente, una misión imposible.

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