Manos de dos ejecutivos en una mesa representando un conflicto laboral o legal.
Vivienda

No hagas esto en tu piso de alquiler si no quieres acabar en la calle: la ley ampara al casero en estos casos

  • La Ley de Arrendamientos Urbanos fija más causas de desahucio de las que imaginas: desde ceder el piso sin permiso hasta realizar obras no autorizadas
  • Conocer las normas y actuar con transparencia es clave para mantener tu contrato a salvo y evitar conflictos con el propietario

Muchos inquilinos piensan que mientras paguen, su contrato está a salvo. Pero la realidad es más compleja: la Ley de Arrendamientos Urbanos contempla varios supuestos que pueden dejarte sin vivienda antes de tiempo. Desde ceder habitaciones sin permiso hasta causar daños o usar el piso para actividades no autorizadas, te contamos qué dice la ley y cómo puedes protegerte.

1. Impago del alquiler o la fianza

Es el motivo más habitual de desalojo y también el más rápido de ejecutar. Bastan uno o dos meses de impago para que el propietario inicie un procedimiento judicial. También puede resolver el contrato si el inquilino no repone la fianza cuando corresponde.

Para evitar problemas, conviene mantener justificantes de pago y comunicar cualquier incidencia antes de que se acumulen retrasos.

Pareja preocupada revisando facturas en el suelo.

Fuente: Freepik

2. Subarriendo o cesión sin autorización

La ley prohíbe ceder o alquilar la vivienda a terceros sin consentimiento expreso del propietario. Aunque se trate de una habitación o de compartir piso con alguien nuevo, hacerlo sin permiso puede considerarse incumplimiento grave y motivo de resolución inmediata.

Si tu situación cambia, lo mejor es pedir siempre la autorización por escrito.

3. Daños o modificaciones sin permiso

Realizar obras, cambiar cerraduras o alterar la estructura de la vivienda sin consentimiento del casero es otra causa frecuente de resolución del contrato. Aunque parezcan mejoras, legalmente se consideran alteraciones no permitidas.

Antes de pintar, reformar o sustituir elementos fijos, solicita siempre el visto bueno por escrito.

4. Actividades ilícitas o molestas

Utilizar la vivienda para fines ilegales o para actividades molestas -como ruidos constantes, fiestas o usos no declarados- también puede dar pie a un desahucio. El contrato de alquiler se extingue si se demuestra que el piso se emplea para algo distinto al uso habitual de vivienda.

En los últimos años, se han multiplicado los casos de pisos alquilados que se convierten en alojamientos turísticos sin licencia o en espacios para actividades no autorizadas.

Grupo de jóvenes amigos en una fiesta en una azotea con un DJ al atardecer.

Fuente: Freepik

5. Uso distinto al pactado en el contrato

El alquiler de vivienda habitual no puede destinarse a oficina, almacén o negocio. Si el propietario demuestra que el inmueble se usa para otra finalidad, puede rescindir el contrato sin necesidad de que haya impago.

Este tipo de casos suelen derivar en procedimientos rápidos, especialmente cuando existen pruebas documentales o testigos.

6. Necesidad del propietario o familiares

El propietario puede recuperar la vivienda si la necesita para él, sus hijos o sus padres. En este caso debe avisar con al menos dos meses de antelación y justificar la causa. Esta posibilidad solo aplica cuando el contrato ya lleva más de un año en vigor.

Si no se cumple ese aviso o la causa no se acredita, el inquilino puede impugnar la resolución.

7. Fin del contrato y falta de renovación

Cuando finaliza el plazo pactado, el casero puede negarse a prorrogar el contrato si lo comunica con el preaviso legal (normalmente 30 días antes). A partir de ese momento, el inquilino debe abandonar la vivienda.

Si decide quedarse sin nuevo acuerdo, puede considerarse ocupación sin título y derivar en un proceso judicial.

Un inquilino preocupado recibe la notificación de la rescisión de su contrato de alquiler.

Fuente: Freepik

Ejecución del desalojo

Aunque el propietario tenga derecho a recuperar la vivienda en ciertos casos, el inquilino también está protegido por la ley. Cualquier desalojo debe notificarse por escrito y cumplir los plazos legales. Asimismo, para que una orden de desalojo se lleve a cabo, todo el proceso debe quedar documentado.

Además, los tribunales suelen dar margen si el inquilino demuestra voluntad de pago o si el casero no acredita correctamente la causa. Asociaciones como Asufin o los servicios municipales de vivienda ofrecen asesoramiento gratuito en caso de conflicto.

Fuente: Ley de Arrendamientos Urbanos

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