Mano construyendo una casa con bloques representa el concepto de la planificación, compra de vivienda, hipoteca o seguro de hogar.
Finanzas personales

Los 5 motivos por los que el banco puede rechazar tu hipoteca (y cómo evitarlo)

  • Más allá del salario, las entidades valoran factores como la estabilidad laboral, el nivel de deuda y el comportamiento financiero previo
  • Preparar una buena entrada, mantener un historial limpio y comparar ofertas puede marcar la diferencia

El mercado hipotecario español sigue mostrando signos de recuperación, aunque no todos los solicitantes consiguen llegar a la firma. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en julio de 2025 se constituyeron 45.067 hipotecas sobre viviendas, un 25% más que un año antes. El importe medio se situó en 163.307 euros, con un aumento del 7,6%, mientras que el tipo de interés medio bajó ligeramente hasta el 2,94%, con un plazo medio de 25 años.

Pese a este repunte, no todos los españoles logran financiación. Los bancos han endurecido sus condiciones y tampoco hay que obviar las recientes subidas del euríbor, que pueden derivar en un mayor riesgo de impago. En la práctica, miles de solicitudes se rechazan cada mes por incumplir alguno de los criterios básicos que las entidades aplican para medir la solvencia.

1. Ahorro previo: el 30% es el nuevo mínimo

Por norma general, aunque hay excepciones, los bancos financian, como máximo, el 80% del valor de tasación o compraventa de la vivienda. Esto significa que el comprador debe tener ahorrado al menos el 20% del precio, más otro 10-12% para cubrir los gastos de compraventa (impuestos, notaría, registro o gestoría).

Además, si la tasación es inferior al precio de compra, la entidad recalculará el préstamo y puede exigir una aportación mayor. Sin ese colchón inicial, la operación se complica, incluso con ingresos estables.

Mano metiendo un billete de 50 euros en una hucha.

Fuente: Freepik

2. Nivel de endeudamiento: la barrera del 35%

La mayoría de entidades calcula la ratio de endeudamiento, es decir, el porcentaje de ingresos netos que se destina a pagar deudas. Si la cuota de la hipoteca y el resto de préstamos supera el 35 % de los ingresos netos mensuales, la entidad lo considera un riesgo.

Por ejemplo, con un sueldo neto de 2.000 euros, la cuota no debería superar los 700 euros al mes. Superar ese límite es motivo habitual de rechazo.

Hombre mostrando su cartera vacía.

Fuente: Freepik

3. Estabilidad laboral: más que tener trabajo

Tener ingresos no basta. Las entidades valoran la continuidad y previsibilidad de esos ingresos. Los contratos temporales, la falta de antigüedad o los periodos sin cotizar penalizan el perfil.

Los contratos indefinidos, la pertenencia a sectores estables o la cotización constante refuerzan las posibilidades de aprobación. En el caso de los autónomos, el banco pedirá dos años de ingresos regulares y declaraciones estables.

Primer plano de dos manos intercambiando un contrato o documento legal.

Fuente: Freepik

4. Historial crediticio: tu pasado financiero cuenta

Aparecer en ficheros de morosidad como ASNEF o RAI, tener impagos previos o un score crediticio bajo puede bastar para un “no” rotundo. Incluso pequeños retrasos pueden hacer que el perfil se descarte.

Además, si hay varios titulares, el banco evaluará a todos: el mal historial de uno puede afectar al conjunto. Por eso conviene revisar el expediente antes de solicitar el préstamo y cancelar deudas o errores en los registros.

Mujer estresada gestionando sus finanzas personales.

Fuente: Freepik

5. Edad y riesgo: un equilibrio clave

La edad también influye. Los bancos buscan perfiles en etapas de estabilidad financiera, con ingresos previsibles durante buena parte del préstamo. Los mayores de 50 años pueden encontrar límites si el crédito se extiende más allá de la jubilación, mientras que los más jóvenes (entre 20 y 30) pueden generar dudas por su menor antigüedad laboral.

Por ello, las entidades ajustan el plazo según la edad y el riesgo, y en algunos casos ofrecen soluciones como avales familiares o seguros de amortización.

Hombre mayor preocupado revisando sus finanzas o la pensión.

Fuente: Freepik

Qué hacer si te deniegan una hipoteca

Un rechazo no implica que no puedas acceder a una hipoteca. Cada banco aplica sus propios criterios, y un “no” en una entidad puede convertirse en un “sí” en otra.

  • Reduce deudas previas antes de volver a solicitar financiación.
  • Ahorra más: aportar más entrada siempre mejora el perfil.
  • Revisa tu historial crediticio y solicita su corrección si hay errores.
  • Consulta con un bróker hipotecario, que puede intermediar y comparar condiciones entre entidades.

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