
Ni China ni Alemania: este es el país que lidera la inversión en eficiencia energética
- La rehabilitación, electrificación y movilidad sostenible, impulsos clave
 - La edificación destaca como uno de los sectores con mejor desempeño global
 
Hay un país que se ha subido al podio mundial en inversión per cápita en eficiencia energética y no por casualidad: lidera el ranking como un referente global en la transición hacia un modelo más sostenible. El informe ‘2025 International Energy Efficiency Scorecard’ del American Council for an Energy-Efficient Economy (ACEEE) lo deja claro: en España se invierten de media 216,38 dólares por habitante, por delante de Alemania, Estados Unidos y China. Dicho rápido: más apuesta, más resultados.
Traducido a cifras grandes, esto supone alrededor de 10.500 millones de dólares anuales destinados a reducir el consumo energético y las emisiones de gases de efecto invernadero. El estudio, que analiza a 25 países con mayor consumo, otorga a España la máxima nota (5/5) en gasto per cápita. No es un golpe de suerte: es el fruto de una estrategia sostenida durante la última década.
			
              
                
En la clasificación global, España firma un quinto puesto muy sólido (empatada con China) con 72,5 puntos sobre 100. Solo la superan Francia, Alemania, Reino Unido e Italia. Vamos, que el equilibrio de políticas funciona y se nota en el marcador.
El Plan Nacional de Energía y Clima como motor del cambio
El corazón de esta historia es el PNIEC 2021-2030. Sobre la mesa, 86.000 millones de euros para eficiencia: rehabilitación de edificios, impulso a la electrificación y la movilidad sostenible, además de ayudas para que la industria afine procesos y consuma menos. Paso a paso, pero con dirección clara.
El ACEEE pone el foco en programas como PREE y PREE 5000, gestionados por el IDAE, que financian mejoras energéticas en viviendas y edificios públicos —con atención especial a municipios pequeños y áreas rurales—. También destaca el tirón de los Certificados de Ahorro Energético, una vía práctica para convertir el ahorro en valor.
La edificación: un pilar de la eficiencia española
Si hay un terreno donde España brilla, ése es el de los edificios. Con 22,5 puntos sobre 25, segundo puesto de la categoría (empatando con Francia e Italia). ¿La clave? Un marco exigente y claro: normativas exigentes en la construcción, tanto residencial como comercial, y a la obligatoriedad de los certificados energéticos.
			
              
                
El informe lo resume con un guiño a la ambición nacional: “España ha ido más allá de las exigencias europeas, incorporando incentivos y financiación hechos a medida de su realidad”. Es decir, no solo se cumple, también se empuja.
Parte del éxito está en el equilibrio. Mientras otros países concentran esfuerzos en un área, España obtiene puntuaciones notables en los cuatro ámbitos evaluados por el estudio:
- Esfuerzos nacionales: 19 sobre 25 puntos.
 - Edificios: 22,5 sobre 25 puntos.
 - Industria: 19,5 sobre 25 puntos.
 - Transporte: 11,5 sobre 25 puntos.
 
¿Puntos a reforzar? El transporte, que aun así reconoce los avances en electrificación y transporte público. El liderazgo español no solo recorta emisiones: también se nota en el bolsillo del país, reduciendo la intensidad energética (energía por unidad de PIB), ganando competitividad y bajando la dependencia. Círculo virtuoso.
Como conclusión, el informe lo dice sin rodeos: “España demuestra que una política energética ambiciosa, bien diseñada y socialmente inclusiva puede combinar sostenibilidad, competitividad y bienestar ciudadano”. Y, viendo los datos, cuesta llevarle la contraria.
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