
Frenazo al coche eléctrico: el 22% de cargadores no funciona y solo el 4% son ultrarrápidos
- España obtiene 21,2 puntos en electromovilidad frente a los 34,1 de la media europea
- Madrid, Navarra y Cataluña lideran, pero Andalucía o Galicia siguen muy por detrás
La transición hacia el coche eléctrico en España tropieza con una doble pesadilla que desespera a miles de conductores. Según el último informe de ANFAC, el país sufre una infraestructura deficiente por partida doble: no solo 1 de cada 5 cargadores públicos está fuera de servicio, sino que encontrar un punto de carga ultrarrápido se ha convertido en una misión casi imposible. Una realidad preocupante que nos aleja de Europa y divide al país en dos velocidades.
El mercado de los vehículos eléctricos sigue creciendo, pero su base, la red de recarga pública, muestra síntomas de colapso. El “Barómetro de la Electromovilidad” del tercer trimestre de 2025, publicado por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), dibuja un panorama desolador en el que se mezclan la falta de fiabilidad y una lentitud exasperante.
El dato más impactante es el de la operatividad. De los 52.107 puntos de recarga pública instalados en España, nada menos que 14.643 están fuera de servicio. Esto significa que un 22% de la red es, en la práctica, un espejismo. Son los llamados “cargadores fantasma”: aparecen en los mapas, pero no funcionan. Ya sea por averías, vandalismo o retrasos en la conexión eléctrica, la frustración de los usuarios crece con cada intento fallido de cargar su vehículo.
A la falta de fiabilidad se suma otro problema: la velocidad. En un momento en que la tecnología ya permite cargas ultrarrápidas, la red española sigue muy por detrás. El informe señala que solo 2.080 puntos alcanzan una potencia igual o superior a 250 kW, los únicos considerados realmente “ultrarrápidos”. Esto representa apenas el 4% del total, una cifra mínima que hace casi imposible realizar viajes largos sin largas esperas en el camino.
A LA COLA DE EUROPA. Esta doble carencia tiene consecuencias directas en la posición de España frente al resto del continente. Mientras la media europea alcanza una puntuación de 34,1 puntos sobre 100 en el indicador global de electromovilidad, España se queda estancada en un discreto 21,2.
La razón principal de este suspenso está clara: la infraestructura. En ese apartado, España apenas obtiene 13,1 puntos, casi la mitad que la media europea (25). La distancia con países como Noruega (116,9) o Países Bajos (90,6) es abismal y evidencia el retraso en el despliegue de una red potente, moderna y fiable.
ESPAÑA A DOS VELOCIDADES. El problema no afecta por igual a todo el país. El informe de ANFAC revela una brecha profunda entre comunidades autónomas, creando una “España eléctrica a dos velocidades” que complica aún más los desplazamientos.
Por un lado, la Comunidad de Madrid (31,1), Navarra (27,5) y Cataluña (24,2) lideran la clasificación con puntuaciones que, sin ser sobresalientes, están por encima de la media nacional. En el otro extremo, regiones como Andalucía (16,0), Galicia (18,2) o Ceuta y Melilla (5,9) muestran un desarrollo mucho más limitado. Esta desigualdad convierte cualquier viaje por carretera en una incógnita, donde encontrar un cargador operativo y rápido depende, literalmente, de la comunidad en la que te encuentres.
La conclusión del informe es tajante: si se quiere que la movilidad eléctrica sea una opción real para la mayoría, no basta con incentivar la compra de coches. Es urgente resolver el grave problema de fiabilidad de la red y apostar por una infraestructura de alta potencia en todo el territorio. Sin eso, el “caos eléctrico” está asegurado.
Fuente del informe: ANFAC - Barómetro de la Electromovilidad T3 2025.
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