
El Gobierno blinda la rentabilidad de las renovables en las horas con precios cero o negativos
- Las plantas no serán penalizadas por vender energía a precio cero o por restricciones técnicas
- Se busca estabilidad y confianza para impulsar la inversión en energías limpias
El Consejo de Ministros ha aprobado un Real Decreto clave que modifica la regulación para más de 62.000 instalaciones de energía renovable, cogeneración y residuos. La nueva normativa busca proteger su rentabilidad en el actual escenario de precios bajos o incluso nulos en el mercado eléctrico, reforzar la seguridad del sistema y potenciar el almacenamiento energético. Te contamos todos los detalles y qué supone este cambio.
El auge de la producción renovable, especialmente la solar, ha provocado que en las horas de máxima generación los precios del mercado eléctrico caigan a cero o incluso a valores negativos. Hasta ahora, esta situación penalizaba a las instalaciones acogidas al Régimen Retributivo Específico (RECORE), ya que sus ingresos dependen de un número mínimo de horas de funcionamiento al año. Si vendían su energía a precio cero, esas horas no computaban eficientemente, poniendo en riesgo su rentabilidad regulada.
El nuevo Real Decreto, que modifica la normativa de 2014, llega para solucionar este problema y adaptar el marco regulatorio a la realidad del mercado actual, garantizando la viabilidad económica de miles de proyectos que son fundamentales para la transición energética.
MEDIDA PRINCIPAL. El cambio más significativo es la modificación en el cálculo de las horas de funcionamiento. A partir de ahora, y con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2024, no se penalizará a las instalaciones por dos motivos principales:
- La energía vendida en periodos de seis o más horas consecutivas con precios de mercado a cero euros.
- La energía que no se ha podido vender debido a restricciones técnicas impuestas por el operador del sistema (Red Eléctrica).
En la práctica, esto supone un escudo financiero para las plantas, que no verán mermados sus ingresos por causas ajenas a su gestión, asegurando así la “rentabilidad razonable” que se les prometió.
Otra de las grandes novedades es la actualización del orden de prioridad para evacuar la energía a la red. El decreto suprime el antiguo concepto de “generación no gestionable” e impulsa de forma decidida las tecnologías limpias y flexibles. De este modo, se da preferencia a tecnologías que ya están demostrando su capacidad, como demuestra el hecho de que la energía solar ha vivido un gran verano en España y Europa. El nuevo orden de prioridad es el siguiente:
- Instalaciones de renovables, incluidas las que cuentan con almacenamiento (siempre que la potencia de este sea menor que la de la propia instalación).
- Instalaciones de cogeneración de alta eficiencia, también con posibilidad de almacenamiento.
- El resto de tecnologías.
Esta medida no solo favorece a las energías limpias, sino que consolida el papel del almacenamiento como una pieza clave para dar estabilidad y flexibilidad al sistema eléctrico del futuro. Algo de lo que ya ha alertado Red Eléctrica ante un nuevo riesgo de apagón, tras el vivido el pasado 28 de abril.
CONTROL Y FLEXIBILIDAD. Para garantizar la seguridad del suministro, el Real Decreto refuerza el papel del operador del sistema. Se amplía la obligación de que todas las instalaciones de generación, y por primera vez también las de almacenamiento, estén conectadas a un centro de control. Este centro deberá enviar mediciones en tiempo real a Red Eléctrica, lo que permitirá una gestión mucho más precisa y segura de la red.
Además, la normativa introduce mejoras para otras tecnologías:
- Más flexibilidad para la cogeneración: las plantas podrán decidir cada trimestre (en lugar de anualmente) si venden su energía al mercado o la destinan al autoconsumo, adaptándose mejor a las condiciones.
- Sostenibilidad en los residuos: se obliga a las plantas que usan residuos como combustible a certificar que estos han sido recogidos de forma separada para poder recibir la retribución regulada.
A corto plazo, este decreto no debería tener un impacto directo en los precios de la electricidad y, por tanto, en la factura de la luz de los consumidores. Su objetivo principal es estabilizar los ingresos de las plantas renovables ya existentes para que sigan siendo viables. Sin embargo, al garantizar un marco estable y predecible, se fomenta la confianza de los inversores y se asegura que el despliegue de nuevas energías renovables continúe, lo que a largo plazo es un factor clave para que los precios de la electricidad tiendan a la baja.
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