Una mano femenina con las uñas pintadas apaga un interruptor de luz.
Energía

Pagarte por apagar la luz: la ocurrencia de la CNMC para garantizar el suministro eléctrico

  • El nuevo modelo busca equilibrar la red y prevenir picos de precios
  • Se eliminan las barreras de entrada y se agilizan las subastas y activaciones

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha aprobado una modificación del Servicio de Respuesta Activa de la Demanda (SRAD) que, por primera vez, permitirá que los consumidores de menor tamaño puedan cobrar por reducir su consumo eléctrico en momentos críticos. Esta medida, diseñada para fortalecer la red y evitar sobrecargas, abre un nuevo mercado hasta ahora reservado solo para la gran industria.

En una decisión que busca aumentar la flexibilidad y estabilidad del sistema eléctrico español, el organismo regulador ha eliminado las barreras que impedían a pymes y otros pequeños consumidores participar en este mecanismo. A partir de ahora, podrán unirse de forma agregada para ofrecer su capacidad de reducir el consumo a Red Eléctrica de España (REE), el operador del sistema, a cambio de una compensación económica. El objetivo es claro: utilizar la demanda como una herramienta más para equilibrar la red, integrar más energías renovables y combatir los picos de precios en el mercado mayorista.

Esta medida busca robustecer un sistema que trabaja constantemente para evitar fallos, donde ya se han habilitado nuevas herramientas de control con renovables para prevenir incidentes.

Técnico eléctrico arregla una torre de alta tensión sobre el río.

Fuente: Freepik

¿Cómo funciona este “escudo” del sistema eléctrico?

El Servicio de Respuesta Activa de la Demanda (SRAD) es un mecanismo voluntario que funciona como un “escudo” de seguridad. En situaciones donde la demanda de electricidad amenaza con superar la capacidad de generación, Red Eléctrica puede “activar” a los participantes de este servicio para que reduzcan su consumo de forma temporal. A cambio, estos consumidores reciben una retribución tanto por estar disponibles como por la energía que efectivamente dejan de consumir.

Hasta ahora, este servicio estaba limitado a grandes fábricas y electrointensivos. Con los nuevos cambios, se busca democratizar el acceso y que la demanda pueda competir directamente con las centrales de generación a la hora de ofrecer servicios de ajuste al sistema. Esto es fundamental en un contexto de transición energética, donde la producción de energía renovable es variable y se necesita una red mucho más flexible.

Principales cambios: más flexibilidad y competencia

La revisión aprobada por la CNMC introduce modificaciones clave para facilitar la entrada de nuevos actores y hacer el servicio más competitivo:

  • Fin a la barrera de tamaño: Se elimina el requisito de tamaño mínimo por instalación, permitiendo que pequeños consumidores puedan participar si se agrupan hasta sumar una oferta mínima de 1 MW.
  • Subastas más frecuentes: El periodo de contratación se reduce de 12 a 6 meses, y se abre la posibilidad de realizar subastas a más corto plazo para adaptarse mejor a las necesidades del mercado.
  • Activación más rápida: El tiempo de activación del servicio se reduce de 15 a 12,5 minutos, alineándose con los estándares europeos y mejorando la capacidad de respuesta.
  • Procesos simplificados: Se agilizan los trámites para darse de alta en el servicio y para el traspaso de clientes entre comercializadoras.

Sede de la CNMC en Barcelona.

Fuente: Elaboración propia

Estos mecanismos de flexibilidad son clave para que, como afirma el Ejecutivo, se pueda descartar un nuevo apagón y se refuerce la seguridad energética nacional. La medida de la CNMC es, en definitiva, un paso más para crear una red eléctrica más inteligente, descentralizada y preparada para los desafíos del futuro.

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